Cualquiera que se diga fanático del FBA en México sabe de lo que se trata e incluso aquellos aficionados de ocasión lo tienen bien claro, el duelo en Liga Mayor entre los representativos de la UNAM y el IPN es la neta.Muchos ni siquiera lo han presenciado en persona pero todos sabemos que el llamado clásico es el evento deportivo más importante a nivel estudiantil de nuestro país.
Y es que tan solo basta recordar las películas de antaño donde Burros Blancos y Pumas dieron vida a este deporte en México cuando naciera la tradición que hoy por necedad todos tratamos de defender a capa y espada.
Así como hemos disfrutado a plenitud con la entrega de los pocos suertudos que se han batido en uno de estos duelos, desde que tengo memoria también se habla de todos los supuestos conflictos que han apestado este gran manjar deportivo.
Y es que así como sabemos de la pasión deportiva emitida por esta rivalidad, también sabemos del potencial de problemas que siempre ha traído bajo el brazo. Lo curioso es que la mayoría de nosotros no ha podido presenciar ni una, ni otra. Muchos quisiéramos asistir a los estadios con la familia pero terminamos alejándonos de apoyar a este deporte debido principalmente a que el duelo se presenta en estadios poco adecuados o simplemente por el miedo a que hayan problemas en las tribunas.
Conforme pasan los años esta nube nunca termina por extinguirse. Cada temporada el tema de donde se juega, de si habrá seguridad suficiente e incluso de cómo se venden las entradas suele llevarse la nota por encima del análisis deportivo que sin duda tiene una relevancia infinitamente superior.
Esta realidad es aun mas notoria para los jugadores del IPN que desde hace muchos años no tienen el lujo de jugar en su propia casa y que siempre tienen que terminar cediendo ante la eterna búsqueda de la seguridad para todos los asistentes al partido.
Hace ya muchos años que los aventurados aficionados (los que nos armamos de valor para ir a presenciar el juego) hemos podido presenciar clásicos sin tantos problemas extra cancha con lo que ya se podría pensar que los desmadres generados por grupos porriles ya están o pueden llegar a estar relativamente controlados sin embargo este parece ser el cuento de nunca acabar.
Yo me pregunto que tiene que pasar para que haya confianza de llevar a cabo estos duelos bajo los marcos que realmente se merecen.
Hasta cuando las autoridades de ambas instituciones le pondrán un freno definitivo a manchar un evento que es tan esperado y que genera tanta expectación.
Solo basta reflexionar hasta donde esta falta de evolución es una de las principales razones por las que este deporte es siempre evaluado como un juego de brutos (tristemente es en este juego y sus desordenes fuera de la cancha que los medios enfocan sus dos minutos de interés por este deporte), además de que ahuyenta a los pocos patrocinadores que pese al potencial de poder de convocatoria no quieren ver sus marcas involucradas en la nota roja de los medios.
Ya va siendo hora de darle un voto de confianza al clásico y dejar que todos lo disfrutemos a plenitud.
Todos vivimos esperando el momento de presenciar lo que nuestros padres y abuelos platican y que solo podemos imaginar.
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