TORONTO, Can, (SPNET).- El mariscal de campo de los Acereros de Pittsburgh Ben Roethlisberger ganó el Super Tazón hace dos temporadas, desde su inicio como titular ha ganado más partidos de los que se esperaba y de todos modos tendrá el futuro de su carrera en juego dependiendo de lo que pase en la próxima temporada.
Mientras que su juego nunca ha sido catalogado como espectacular, el Big Ben ha cumplido bien con el equipo pero el desastroso resultado de la campaña 2006 dejó un mal sabor de boca que ahora lo perseguirá y definirá si es digno de ser nombrado como un “jugador franquicia”.
El jugador dio sus primeras palabras en los campos de entrenamiento de los Acereros y el tema de moda en el equipo tiene que ver con las extensiones de contrato.
Ben tiene tres temporadas pendientes en su contrato de novato y ya se habla de que han comenzado a negociar una posible extensión sin embargo todo parece indicar que será hasta el año que viene que se hable con seriedad del tema.
Pero antes de hablar de dineros, Ben tendrá que hablar con resultados, algo que puede hacer que sus bonos caigan dependiendo de cómo le vaya en una temporada difícil, bajo el mando de un nuevo entrenador en jefe, coordinador ofensivo y hasta un coach de mariscales de campo.
Hasta hace dos temporadas la tendencia de los Acereros era a tener un ataque balanceado, principalmente apoyado en una dominante línea ofensiva y con corredores demoledores, ese era el estilo de juego en Pittsburgh. Todo eso hasta que llegó el coach Mike Tomlin quien ha mostrado poco respeto por el pasado de los Acereros y que está dispuesto a trabajar en un nuevo sistema de juego.
Debido al estilo ofensivo de Bill Cowher, Roethlisberger pudo destacar encabezando un equipo que regularmente al tomar la ventaja podía depender de su defensiva y de consumir el reloj de juego. Lo único que le pedían era no cometer errores y de esa manera llegó al Super Tazón en su segunda campaña como profesional.
Pero el año pasado las cosas fueron muy diferentes. Con una defensiva más lesionada y teniendo que anotar muchos puntos para mantenerse cerca en los partidos, la ofensiva de los Steelers tuvieron que recargar su ataque en el brazo de Roethlisberger que si bien nunca se vio mal completamente, tampoco lució brillante y el equipo pasó de ser campeón de la NFL a quedarse fuera de la postemporada con un record de ocho ganados y el mismo número de juegos perdidos.
Para este 2007 la presión estará puesta en Roethlisberger de nuevo, no tendrá muchas oportunidades de no cumplir. No creo que le vuelvan a perdonar un accidente en motocicleta y el liderazgo en el equipo recaerá en él con la salida de jugadores de experiencia como Joey Porter y posiblemente Alan Faneca quien ha pedido ser transferido a otro equipo acusando a los Acereros de no valorarlo.
De entrada si el Big Ben logra dar vida a la ofensiva cuando tenga que hacerlo, ganará credibilidad y con ello tal vez pueda pensar en una jugosa extensión de contrato, para muchos analistas, el más caro de la historia del equipo.
De lo contrario, los Acereros podrían comenzar a pensar en seleccionar un nuevo comandante para el futuro.
Mientras que su juego nunca ha sido catalogado como espectacular, el Big Ben ha cumplido bien con el equipo pero el desastroso resultado de la campaña 2006 dejó un mal sabor de boca que ahora lo perseguirá y definirá si es digno de ser nombrado como un “jugador franquicia”.
El jugador dio sus primeras palabras en los campos de entrenamiento de los Acereros y el tema de moda en el equipo tiene que ver con las extensiones de contrato.
Ben tiene tres temporadas pendientes en su contrato de novato y ya se habla de que han comenzado a negociar una posible extensión sin embargo todo parece indicar que será hasta el año que viene que se hable con seriedad del tema.
Pero antes de hablar de dineros, Ben tendrá que hablar con resultados, algo que puede hacer que sus bonos caigan dependiendo de cómo le vaya en una temporada difícil, bajo el mando de un nuevo entrenador en jefe, coordinador ofensivo y hasta un coach de mariscales de campo.
Hasta hace dos temporadas la tendencia de los Acereros era a tener un ataque balanceado, principalmente apoyado en una dominante línea ofensiva y con corredores demoledores, ese era el estilo de juego en Pittsburgh. Todo eso hasta que llegó el coach Mike Tomlin quien ha mostrado poco respeto por el pasado de los Acereros y que está dispuesto a trabajar en un nuevo sistema de juego.
Debido al estilo ofensivo de Bill Cowher, Roethlisberger pudo destacar encabezando un equipo que regularmente al tomar la ventaja podía depender de su defensiva y de consumir el reloj de juego. Lo único que le pedían era no cometer errores y de esa manera llegó al Super Tazón en su segunda campaña como profesional.
Pero el año pasado las cosas fueron muy diferentes. Con una defensiva más lesionada y teniendo que anotar muchos puntos para mantenerse cerca en los partidos, la ofensiva de los Steelers tuvieron que recargar su ataque en el brazo de Roethlisberger que si bien nunca se vio mal completamente, tampoco lució brillante y el equipo pasó de ser campeón de la NFL a quedarse fuera de la postemporada con un record de ocho ganados y el mismo número de juegos perdidos.
Para este 2007 la presión estará puesta en Roethlisberger de nuevo, no tendrá muchas oportunidades de no cumplir. No creo que le vuelvan a perdonar un accidente en motocicleta y el liderazgo en el equipo recaerá en él con la salida de jugadores de experiencia como Joey Porter y posiblemente Alan Faneca quien ha pedido ser transferido a otro equipo acusando a los Acereros de no valorarlo.
De entrada si el Big Ben logra dar vida a la ofensiva cuando tenga que hacerlo, ganará credibilidad y con ello tal vez pueda pensar en una jugosa extensión de contrato, para muchos analistas, el más caro de la historia del equipo.
De lo contrario, los Acereros podrían comenzar a pensar en seleccionar un nuevo comandante para el futuro.
