Fue en 1989 cuando Troy Aikman arribó a
la NFL y su coach Jimmy Johnson sonaba revolucionario al darle las llaves del
auto para que fuera el mariscal de campo titular de los Vaqueros de Dallas. Las
expectativas, nulas. El resultado, de acuerdo a las expectativas. A la larga,
tres anillos de campeón y miembro del Salón de la Fama.
Johnson hizo lo que único que tenía
sentido en su momento. Darle la oportunidad a un novato de aprender sobre la
marcha y en ese momento era toda una irreverencia a los historiadores de la NFL
pero Johnson apostó y ganó y de la mano es hoy por hoy un importante precursor
de lo que sucede ya sin gran análisis.
Serán cinco los quaterbacks recién
llegados a la NFL que arranquen la temporada 2012 al mando de sus equipos y
cinco más serán jugadores en su segunda temporada. Así es como el 30% de los
equipos de la liga han decidido poner sus ilusiones en jóvenes de 21-23 años
para que dirijan su destino.
La reflexión es obligada. Mientras que no
se puede poner en duda que los sistemas colegiales les han dado una mejor
preparación para llegar al pro, tendríamos que cuestionar a que se debe esta
tendencia.
De entrada podríamos concluir que los
equipos han elevado sus expectativas. Si no eres capaz de ser titular en tu
primera temporada, entonces eres un QB de medio cachete y tendríamos que poner
en duda si tienen la voluntad de dejar que evoluciones sin impactar los
resultados. El último ejemplo de esto sería Aaron Rodgers que se tomó algunos
años en la banca para convertirse en MVP de la liga. Sin embargo la mayor parte
de los mejores hoy por hoy fueron lanzados al ruedo muy temprano (Brady, Brees,
Rivers, Roethlisberger, Cutler, Strafford, Ryan, Freeman, Sanchez y demás).
Además hay que aclarar que no solo es poder jugar, se espera que puedan ganar
de inmediato.
Estos QBs de microondas ya vienen
semi-cocinados y eso tiene un efecto, el que no sirve, pues rapidito lo
enfrían. Entonces el tema de que aprendan sobre la marcha es engañoso ya que de
no dar resultados, se busca al que sigue de volada. Es así como la exigencia es
altamente estresante para estos jugadores.
Otro efecto interesante es que ya no se
ve claridad en la planeación de sucesión. Ese es el caso de Peyton Manning que
al quedar lesionado dejó completamente encuerados a los Potros la temporada
pasada. Jugadores como Kolb y Schaub eran suplentes de calidad que iban muy
bien para ayudar a sus equipos pero se cotizaron bien y fueron vendidos para
convertirse en titulares de medio cachete. Salieron del horno antes de tiempo o
nunca tuvieron el talento necesario?, me inclino por la segunda opción, por lo
menos de acuerdo a la actualidad. Recordemos que deben impactar de volada o no
sirven.
En fin, esto más que una moda ya es una
realidad que moldea a la liga. Hoy es una liga de resultados a corto plazo y de
campeones del mismo tipo. Ahí que los equipos que aspiran a una continuidad positiva
tienen una pieza en común: Un QB joven, sano y con suerte, longevo.