martes, febrero 06, 2007

Pasó la marabunta, el Super Tazón XLI queda atrás

TORONTO, Can (SPNET).- La euforia del Super Tazón ya quedó atrás y todos estamos de vuelta a la vida normal, y en uno de los peores momentos del año. Con el juego de estrellas a jugarse este próximo fin de semana en Hawai se terminará la temporada 2006 de la NFL y todos los aficionados ahora tendremos que esperar a agosto para ver a nuestros equipos favoritos de nuevo.

Pero antes de caer por completo en la depre post Super Tazón, debemos reflexionar lo que sucedió este pasado domingo en Miami donde los Potros de Indianápolis derrotaron a los Osos de Chicago en la edición XLI del campeonato de la NFL.

Tras días de intenso calor, el super domingo se tornó nublado con lo que pudimos presenciar el primer Super Tazón bajo la lluvia al cien por ciento. ¿El partido se vio afectado? Creo que si. Sin embargo los que en el papel debían salir más perjudicados se vieron más bien beneficiados.

Cuando los Potros tuvieron que correr la pelota ante las pobres condiciones en el Dolphin Stadium, fue justo cuando ganaron el partido. Con Addai y Rhodes llevando el ovoide con autoridad le dieron una probada de la medicina que en papel los Osos debían dar para aspirar al título.

La ofensiva de los Osos sufrió pero tuvo sus oportunidades gracias a su defensiva que los mantuvo cerca hasta dentro del cuarto cuarto del partido. Lo malo es que tal como se podía pensar, el Rex Grossman no pudo con la presión de un juego que es para gente grande y lanzó dos verdaderamente miserables pases y la defensiva de los Potros no desaprovechó convirtiendo uno en anotación mientras que el segundo selló la victoria en las manos de Peyton Manning.

La calidad del partido fue de excelente a regular. Cuando la primera jugada es un espectacular regreso de patada de Devin Hester para 92 yardas, cuando el velocista rompe la cintura de varios rivales y deja sembrado al mejor pateador que ha jugado en los Super Tazones Adam Vinatieri, es entonces cuando se piensa que el partido tomará un ritmo digno de los miles de dólares que los aficionados pagaron.

Esa jugada aceleró el ritmo cardiaco de los presentes pero Manning y sus Potros la tomaron con calma, en realidad nunca se espantaron. Ajustando poco a poco, lograron mover las cadenas cada vez mejor hasta hacer ver a los Osos y a su líder Brian Urlacher como si fueran una defensiva más de la liga, algo que claramente no eran.

Ante los errores ofensivos de ejecución de los Osos, su valiente defensiva vino a menos, y cansados era mucho pedir que comenzaran a anotar puntos para una vez más, salvar la causa de Grossman quien terminó abucheado.

De esta manera terminó un partido diferente. Si, los Potros de Indianápolis movieron el balón a Chicago pero no como se esperaba, no con el brazo de Manning sino con las carreras de un backfield que bien merecía compartir el trofeo de jugador más valioso que fue para el mariscal de campo de los Potros más por obligación que por que diera una actuación especial.

Urlacher salió con la cabeza hacia abajo tras una actuación en la que su grupo no pudo generar los intercambios de balón y mucho menos los puntos que hubieran sido necesarios para que ganaran el partido. Una responsabilidad que era por demás injusta para una defensiva que con el apoyo ofensivo de medio cachete, tal vez hubiera sido campeona.

Tony Dungy finalmente tiene un trofeo de campeón en la NFL, algo que parecía justo desde hace años mientras que Peyton Manning se quito presión de encima aunque debido a que no dio la mejor de sus actuaciones, muchos ya dicen que si ganó pero que no puede ser comparado con los más grandes de la historia de la liga.

Yo me quedo con el regreso de patada de Hester. En ese momento, todos los millones de personas que veíamos el juego saltamos de los asientos, independientemente de nuestras aficiones.

Esos segundos son de lo que se trata este partido y ahora habrá que esperar meses para volver a vibrar de nuevo.

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