TORONTO, Can (SPNET).- Mike Tomlin ya vivió su primer práctica con los Acereros de Pittsburgh este martes. Su objetivo fue muy simple, dar a conocer sus expectativas de trabajo, comenzar a conocer a los jugadores e invitarlos a que tomen con gran seriedad esta nueva etapa del equipo.
Hace poco más de un año los Acereros de Pittsburgh estaban en los cuernos de la luna. Habiendo ganado el Super Tazón XL en Detroit, habiendo ganado tres juegos de playoffs como visitantes. Una historia que quedó ahí para ser contada por muchos años y lo más importante de esa temporada fue el liderazgo que mostraron, algo que sin duda fue la gran diferencia para que finalmente lograran su quinto campeonato.
Y es que aquellos Steelers no tenían el mejor talento de la NFL, eran simplemente el mejor equipo basado en el momento que vivían y eso se debía a que contaban con verdaderos líderes que empujaron al equipo hasta alcanzar la corona.
El primero en despedirse fue “el Camión”, Jerome Bettis quien ahí en Detroit dijo adiós a los emparrillados dejando el hueco más grande de líderes en el equipo. Es obvio que su ausencia fue dolorosa y que fue parte de la razón por la que pasaron de campeones a un equipo de media tabla en el 2006.
Hoy con Tomlin al mando, el grifo de líderes ha seguido abierto para el equipo.
Obviamente la ausencia más notoria es la de Bill Cowher quien llevó las riendas del equipo principalmente basado en liderazgo de primer nivel. Muchos de sus jugadores han destacado su capacidad como motivador, algo que lo convirtió en ganador de inmediato y que trajo a Pittsburgh muchas victorias.
Hace unas semanas, los Acereros dejaron ir a su líder defensivo de los últimos años, el apoyador Joey Porter quien se vio sorprendido al quedarse sin trabajo con la franquicia que lo vio convertirse en uno de los jugadores defensivos más temidos de la liga.
Los dos capitanes del equipo serán hoy por hoy quienes deberán traer al equipo de regreso a un respetable nivel de ejecución.
El receptor Hines Ward y el guardia Alan Faneca (los dos jugadores con gran experiencia y reconocimiento) han expresado claramente su preocupación por las decisiones tomadas por el equipo y que hoy los tienen en una búsqueda de liderazgo que será difícil encontrar.
Por su parte el todavía joven mariscal de campo Ben Roethlisberger aceptó toda la crítica de haber tenido un mediocre año. Sus problemas personales lo llevaron a malas actuaciones que a la postre se convirtieron en derrotas para el equipo que no debía haber caído tan bajo durante la temporada pasada.
El ex coordinador ofensivo del equipo (hoy Head Coach de los Cardenales de Arizona), Ken Wisenhunt comentó hace unas semanas que los problemas personales tuvieron al Big Ben en la lona y que eso fue la razón por la que el equipo no pudo tener una mejor temporada.
Sin embargo Roethlisberger no acepta esa versión y ayer declaró que sencillamente tuvo un mal año, además de que desacreditó los comentarios de su ex coach, diciendo que eso es una de las varias cosas en las que nunca estuvo de acuerdo con él.
Para que los Acereros logren dejar atrás la inclinada caída del 2006, el Big Ben y sus veteranos compañeros deberán enfocarse en lo que viene mientras que Tomlin tiene que entender que su momento para remplazar a Cowher será difícil, especialmente de entrada siendo que tanto los jugadores, como los aficionados e incluso la prensa están mas que acostumbrados a ver la fortaleza de Cowher y su mandíbula en la banca del equipo.
Es momento de que los Polamalus, los Farriors, los Parkers tomen su lugar como líderes del equipo y ayuden a esta nueva etapa que promete buenas cosas siempre y cuando logren rescatar un poco del espíritu que podría haberse quedado en Detroit.
Hace poco más de un año los Acereros de Pittsburgh estaban en los cuernos de la luna. Habiendo ganado el Super Tazón XL en Detroit, habiendo ganado tres juegos de playoffs como visitantes. Una historia que quedó ahí para ser contada por muchos años y lo más importante de esa temporada fue el liderazgo que mostraron, algo que sin duda fue la gran diferencia para que finalmente lograran su quinto campeonato.
Y es que aquellos Steelers no tenían el mejor talento de la NFL, eran simplemente el mejor equipo basado en el momento que vivían y eso se debía a que contaban con verdaderos líderes que empujaron al equipo hasta alcanzar la corona.
El primero en despedirse fue “el Camión”, Jerome Bettis quien ahí en Detroit dijo adiós a los emparrillados dejando el hueco más grande de líderes en el equipo. Es obvio que su ausencia fue dolorosa y que fue parte de la razón por la que pasaron de campeones a un equipo de media tabla en el 2006.
Hoy con Tomlin al mando, el grifo de líderes ha seguido abierto para el equipo.
Obviamente la ausencia más notoria es la de Bill Cowher quien llevó las riendas del equipo principalmente basado en liderazgo de primer nivel. Muchos de sus jugadores han destacado su capacidad como motivador, algo que lo convirtió en ganador de inmediato y que trajo a Pittsburgh muchas victorias.
Hace unas semanas, los Acereros dejaron ir a su líder defensivo de los últimos años, el apoyador Joey Porter quien se vio sorprendido al quedarse sin trabajo con la franquicia que lo vio convertirse en uno de los jugadores defensivos más temidos de la liga.
Los dos capitanes del equipo serán hoy por hoy quienes deberán traer al equipo de regreso a un respetable nivel de ejecución.
El receptor Hines Ward y el guardia Alan Faneca (los dos jugadores con gran experiencia y reconocimiento) han expresado claramente su preocupación por las decisiones tomadas por el equipo y que hoy los tienen en una búsqueda de liderazgo que será difícil encontrar.
Por su parte el todavía joven mariscal de campo Ben Roethlisberger aceptó toda la crítica de haber tenido un mediocre año. Sus problemas personales lo llevaron a malas actuaciones que a la postre se convirtieron en derrotas para el equipo que no debía haber caído tan bajo durante la temporada pasada.
El ex coordinador ofensivo del equipo (hoy Head Coach de los Cardenales de Arizona), Ken Wisenhunt comentó hace unas semanas que los problemas personales tuvieron al Big Ben en la lona y que eso fue la razón por la que el equipo no pudo tener una mejor temporada.
Sin embargo Roethlisberger no acepta esa versión y ayer declaró que sencillamente tuvo un mal año, además de que desacreditó los comentarios de su ex coach, diciendo que eso es una de las varias cosas en las que nunca estuvo de acuerdo con él.
Para que los Acereros logren dejar atrás la inclinada caída del 2006, el Big Ben y sus veteranos compañeros deberán enfocarse en lo que viene mientras que Tomlin tiene que entender que su momento para remplazar a Cowher será difícil, especialmente de entrada siendo que tanto los jugadores, como los aficionados e incluso la prensa están mas que acostumbrados a ver la fortaleza de Cowher y su mandíbula en la banca del equipo.
Es momento de que los Polamalus, los Farriors, los Parkers tomen su lugar como líderes del equipo y ayuden a esta nueva etapa que promete buenas cosas siempre y cuando logren rescatar un poco del espíritu que podría haberse quedado en Detroit.
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