lunes, junio 25, 2007

Golazo y a llorar, de nuevo

CHICAGO, EU (SPNET).- Por más que lo piensas, no terminas de entender como es que el futbol mexicano no termina por dar los pasos importantes y justo cuando parece que todo está puesto para que así sea, viene un golazo y no queda más que llorar la derrota.

Como ya es costumbre la participación del arquero nacional Oswaldo Sánchez fue de los mejor que mostró el Tri en esta edición 2007 de la Copa de Oro.

Una serie de lances en la primera mitad del encuentro de Oswaldo volvían a mostrar que además de gran talento, el jugador tiene suerte pero el destino de la selección nacional parece siempre estar echado, aún pese a que su portero se presente en plan gigante.

Y es que para vencer a Oswaldo este día, los Estados Unidos y su estrella Landon Donovan tendrían que hacer algo magnífico, lástima que encontraron la manera de hacerlo.

Por un momento recordé el partido de octavos de final de la Copa del Mundo en Alemania 2006 cuando México tuvo que enfrentar a Argentina. Con un motivado Oswaldo Sánchez en la puerta, México y su polémico técnico Ricardo Lavolpe estaban en la antesala de finalmente arribar a cuartos de final pero tal como hoy, un señor gol era la única manera que Argentina vencería a Sánchez. Para desgracia de todos los mexicanos, Maxi Rodríguez se lo encontró y terminó el sueño azteca.

Pues hoy cuando veía a Oswaldo lucir bajo los postes pese a la lógica falta de coordinación entre el recién llegado Rafael Márquez y un titubeante Jonny Magallón, no parecía que hubiera manera de que los norteamericanos pudieran vencerle, pero la historia es caprichosa y se repite consistentemente.

La bolea de Benny Feilhaber queda ahí como el mejor gol de esta Copa de Oro y una vez más Oswaldo fue vencido por un señor tiro ante el cual no se podía hacer nada.

Pese a claramente ser el mejor portero del certamen, el arquero mexicano vuelve a irse a casa con un sentimiento vacío.

“Esto es de errores y aciertos, desafortunadamente nos hacen un golazo y perdemos la Copa Oro, estamos tristes, pero creo que el equipo cayó con la cara en alto", comentó al final del partido que la selección tuvo en sus manos en la primera mitad y que volvió a dejar escapar.

Estos partidos de competencias internacionales ante rivales de jerarquía (como tristemente para México, es ahora Estados Unidos) se deben ganar con carácter, especialmente con mentalidad, algo en lo que hoy el rival nos volvió a dar cátedra, aunque duela.

La evolución del futbol norteamericano por eso es peligrosa y penosa para México. Pese a tener un tipo de juego inferior técnicamente, los rivales del norte tienen justo lo que hace que los equipos sean grandes, la visión y la confianza de que el trabajo realizado será recompensado durante los 90 minutos del partido y así juegan, libres y son pacientes para que finalmente las cosas se tornen a su lado.

Hoy perdían por un gol, ante un estadio en Chicago que lucía más mexicano que muchos de la República, y tenían enfrente a un arquero que venía en su día. Aún así, ellos se llevaron el triunfo.

Hoy no fue Hugo Sánchez como técnico, no fue Temoc haciendo de las suyas, no fue ni siquiera el árbitro a quien muchos culparon. Hoy fue la mentalidad ganadora del rival la que volvió a la diferencia en un juego cerrado y que se decidiría así, por errores o por grandes aciertos.

Oswaldo recibió dos goles, no tenía nada que hacer ante ellos. No por eso se quedó callado al ver como un día de grandes aciertos bajo su marco se convirtió en una dolorosa derrota.

“Creo que es muy fácil llorar y quejarte del arbitraje. Soy un jugador que quiere ganar y que defiende a su país, me tocó perder y duele".

Solo le faltó decir, una vez más.

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