martes, agosto 09, 2011

Brillaron y vuelven a brillar

Que buen show el del sábado pasado. La verdad es que rebasó por mucho mis expectativas y dejó un gran sabor de boca.

Por lo general los discursos previos al ingreso al Salón de la Fama suelen ser bastante monótonos. Luego de muchos años es como si hubiera un script ya preparado con lo que esta ceremonia se había tornado en una cantaleta bastante predecible. Sin embargo este 2011 si sorprendió.

Cuando se dio a conocer la clase del 2011, la verdad es que de volada destacaron tres nombres: Deion Sanders, Marshal Faulk y Shannon Sharpe. Nada que ir en contra del resto de los nuevos inmortales pero estos tres son personajes por demás peculiares hasta la fecha. Y es que los tres fueron sin duda alguna dignos All Stars de la NFL pero hoy han crecido mucho como miembros de la prensa en los Estados Unidos.

Sus personalidades se prestan para mucho más que el emparrillado. Los tres se han distinguido por expresas su opinión de una manera peculiar y efectiva. Se han ganado respeto y eso ayuda a la hora de dar esos speeches frente al gremio de lujo de la NFL.

Y los tres dieron una de las ceremonias más emotivas de la historia. Más allá de andar agradeciendo a diestra y siniestra, los tres hablaron de sus orígenes, se expusieron, se mostraron sensibles y hasta indefensos. Sin embargo reconocieron la importancia que tuvieron sus familias para motivarlos y llevarlos a un nivel de compromiso que muchas veces es la verdadera diferencia entre los más grandes del deporte.

Sharpe le dio su guayabazo a su hermano Sterling, lo cual me pareció muy justo. Marshall habló de esos momentos en los que no tenía ni que comer mientras que Deion justificó todo su concepto de Primetime al amor hacia su madre.

La verdad es que lejos de verse encasillados en el prototipo del hombre que triunfa pese a sus pobres condiciones como niños, los tres aprovecharon sus tablas no como deportistas sino como oradores y hasta periodistas. Ninguno se vio forzado ni mucho menos falso. No se trató de los temas sino de la manera como los presentaron.

Si bien muchos sabemos reconocer que estos fueron grandes jugadores, no todos somos fans de sus personalidades (especialmente de Sanders y Sharpe). Sin embargo este sábado dieron muestra de que no fueron solo excelentes en el campo de juego, sino ahora se han convertido en señores profesionales ante los micrófonos. Supongo que podemos concluir que estos brillarían en donde fuera.

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