miércoles, febrero 25, 2015

Tiempos sin garantías


Vaya el caso - luego de ser el líder por carrera de la temporada 2014 esperarías te tiraran la alfombra roja por donde pasaras.

Pues resulta que "nanai". Triste la vida del señor DeMarco Murray quien desde que terminara la campaña entre aplausos y elogios múltiples hoy no sabe si tendrá trabajo con los Boyz.

El equipo de la estrella solitaria esta en una encrucijada. Dos de los tres jugadores más valiosos de su ofensiva deben resolver sus problemas contractuales en los próximos días y Murray es quien parece podría bailar con la mas fea. El receptor Dez Bryant suena para ser protegido como jugador franquicia con lo que los fondos económicos de Jerry Jones estarían muy limitados para cubrir los servicios de Murray quien exige dólares dignos de un líder de la liga.

Hoy después de que se llevará acabo el Combine donde los aspirantes colegiales se muestran por primera vez ante los equipos de la NFL, ya muchos hablan de que los Vaqueros están buscando hacerse de un reemplazo para Murray. El nombre más sonado es Melvin Gordon de la Universidad de Wisconsin. 

Que interesante mensaje manda esta situación. Claro que si tuvieran con que pagarle, Murray tendría garantizado su lugar pero todo parece indicar que la moda para combatir el tope salarial es justamente la juventud. Pocos son los equipos que se pueden dar el lujo de asegurar los servicios de más de cinco verdaderos estrellas - prácticamente imposible en la era de jugadores (especialmente mariscales de campo) con contratos tan generosos que pueden abarcar mas del 15 por ciento de la nómina completa. 

Y así llegamos al caso de Murray, tal vez una víctima más del sistema. Dallas esta listo para proteger a Bryant (lo cual es igual de controversial ante el historial personal de este otro compadre) mientras que el corredor tendrá la opción de aceptar un deal mas rasurado o darse la oportunidad de jugar en otro equipo. Esta es la nueva consecuencia del sistema salarial de la NFL, una liga que triunfa al máximo en espectáculo pero que lo hace obligando a sus franquicias a tener un constante sistema de desecho no tanto por resultados sino por sus finanzas. Todos pensaríamos que ser un All-Pro justificaría garantía de salario y de empleo, pues no en estos días. 

Hoy la formula de éxito parece ser tener un par de estrellas, unos cuantos muy buenos, varios novatos que estén listos para contribuir de inmediato y que todos se adapten de volada. Difícil mundo para los jugadores que toman tiempo de desarrollo.

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