Todos los que seguimos el FBA Colegial
estuvimos pendientes del regreso a los emparrillados de Penn State este pasado
sábado. Llamémosle curiosidad o simplemente morbo pero había mucho en juego
cuando este históricamente importante programa finalmente regresaba a lo que lo
hizo popular, al FBA.
Luego de tanto madrazo gracias al ex
Coach Jerry Sandusky, los Nittany Lions están devaluados, han sido maltratados
y ahora tendrán que cargar unos grandes estigmas por muchos años.
De acuerdo con el LA Times, el escándalo
Sandusky ha costado a la Universidad cerca de 17 millones de dólares. Esta nada
despreciable cantidad ha sido empleada para cubrir gastos legales, consultores
varios y empresas de relaciones públicas – gran parte de ello tratando de
minimizar el efecto de la barbarie que se vivió en el seno del equipo del
legendario Joe Paterno.
Que bien que se hayan puesto las pilas
para indagar detalles y así tratar de hacer ”limpieza en casa”. Sin embargo lo
acontecido en el marco de este escándalo nunca será borrado de la historia y ha
venido a manchar un programa deportivo que siempre había sido catalogado de
modelo a seguir. En realidad el efecto económico así como deportivo nunca podrá
ser calculado. Seguramente serán muchos años los que pasen antes de que Penn
State vuelva a ser un programa de elite.
Lo que si es cierto es que los
estudiantes y actuales jugadores en el equipo no tienen la culpa de nada.
Varios ya saltaron de barco y salieron del equipo pero muchos otros siguen ahí,
dispuestos a defender los colores y el orgullo que hoy por hoy está más que
abollado.
Son ellos los que merecen un
reconocimiento de valor. La tabla de ganados y perdidos no tiene relevancia
alguna. Si, cayeron ante lo que puede ser considerado un equipo inferior de la
Universidad de Ohio pero el hándicap que tienen en contra hará que la temporada
sea mala, aún ganado partidos. Seamos sinceros, las expectativas son
prácticamente inexistentes.
La comunidad universitaria se hizo notar.
El amor a la institución no está en duda. Los culpables ya están fuera del
campus (por lo menos eso queremos creer). Claro que duele perder pero más duele
ser analizados y juzgados cada día. Lo único bueno es que ya han comenzado a caminar - la luz al final del tunel está muy lejos pero que tan rápido lleguen, dependerá del compromiso de las autoridades y de los jugadores mismos.
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